Eréndira Miranda Núñez
5 de junio de 2023
En muchas ocasiones y en distintos ámbitos como el académico, empresarial o charlas de sobremesa, quizá algunos de nosotros nos hemos preguntado qué término es correcto usar “sustentable” o “sostenible”, ¿podemos hablar de desarrollo sustentable o de desarrollo sostenible de manera indistinta?
La realidad es que, si hacemos una consulta rápida en el diccionario de la Real Academia Española, encontraremos que los términos sustentable y sostenible son equivalentes; el primero de ellos hace referencia a lo que se puede sustentar o defender con razones, y en su segunda acepción, a sostenible, es decir, que se puede mantener sin agotar los recursos. Para el término sostenible, su primera acepción se refiere a lo que se puede sostener, mientras que la segunda acepción, especialmente en ecología y economía, a lo que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
Si buscamos un poco más sobre el contexto y antecedentes, encontraremos que el término de “sustainable development” se usó por primera vez en idioma inglés en el Informe titulado “Nuestro futuro común” de 1987 elaborado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, liderado por Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, documento en el que se definió al término como la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, concepto que emergió como rector para el desarrollo mundial a largo plazo, cuyos tres pilares fundamentales son lograr de manera equilibrado el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente. Cabe señalar, que el término y significado se usaron y pensaron por primera vez en idioma inglés, por lo que al hacer la traducción al español había tres posibilidades: 1) desarrollo sostenible, 2) desarrollo sustentable y 3) desarrollo perdurable, esta última opción se descartó por desuso. Agregaría que en otras lenguas romances como el francés y el rumano tampoco se libraron de la discusión entre “développement durable ou soutenable” para el caso del francés, y “dezvoltare durabilă sau sustenabila” para el caso del rumano.
En mi experiencia sobre el tema y como hispanohablante, diría que en los años posteriores a la aparición del término, en la literatuta sobre el tema en países latinoamericanos como México y Argentina, se popularizó más el uso de sustentable y desarollo sustentanble, mientras que la literatura española se inclinó por el uso de sostenible y desarrollo sostenible, lo que incluso se estableció en los marcos jurídicos al respecto. En el caso de México, la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (DOF 08-05-2023) que entró en vigor en el año de 1988, se hace referencia al desarrollo sustentable como el proceso evaluable mediante criterios e indicadores del carácter ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y productividad de las personas, que se funda en medidas apropiadas de preservación y equilibro ecológico, protección al ambiente y aprovechamiento de recursos naturales, de manera que no se comprometa la satisfacción de la necesidades de las generaciones futuras. En el caso de España la Ley de Economía Sostenible (BOE-A-2011-4117), por ejemplo.
En la actualidad, a casi cuatro décadas de la aparición del término, el desarrollo sostenible sigue refiriéndose al desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Y sin duda sigue siendo un reto para toda la humanidad, por lo que se convierte en tarea fundametal armonizar tres elementos básicos: el crecimento económico, la inclusión social y la protección al ambiente. Elementos estrechamente interrelaciondos y esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades (https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/). Por lo anterior, el 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron los Objetivos del Desarrollo Sostenible, 17 ambiciosas pero necesarias metas específicas que deben alcanzarse y asegurar la prosperidad para todos en los próximos 15 años; por lo que todos los sectores: gobiernos, sector privado y personas como usted y como yo debemos hacer nuestra parte.
En cuanto al uso del término, la realidad es que no tiene sentido discutir sobre lo correcto o incorrecto de uno u otro, podríamos usarlos de manera indistinta. Sin embargo, la tendecia mundial en diversos organismos internacionales, la traducción oficial en los documentos de las Naciones Unidas, empresas y gobiernos es el uso de sostenibilidad y desarrollo sostenible, por lo que considero que es bueno empezar hacer un uso generalizado de estos términos y sobre todo, ¡tomar acción! Un sistema económico y social que pueda sostener las necesidades de todos los habitantes del planeta en un medio ambiente sano, ¡no puede esperar!